miércoles, 10 de septiembre de 2008

By Pabl3te

Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja



Ese lunes a las 6.25 am Vicente se decidió a estrenar una corbata más inapropiada, sobre todo para molestar/ horrorizar a su supervisora a quien odiaba con toda el alma. Pero no le importaba nada ya que ese día había decidido renunciar a su empleo y hacer lo que siempre quiso: trabajar en publicidad. Antes de ir a la oficina, se sentó en el bar de siempre y tomó La Voz del Interior para leer los titulares del día (previo a leer los clasificados). Y mientras leía sobre el huracán Chantal, avistó una mujer que se detuvo en la vidriera solo porque le dolían los abdominales de tanto reírse a carcajadas. Sus ojos lagrimeaban y su perra llamada Estrella no entendía pero se reía igual. Vicente, que estaba masticando una mafalda, comenzó a reírse también y desparramó migas por toda la mesa. Esta mujer había comenzado a reírse un rato antes cuando vio a Orlando el portero más antiguo de la Torre Ángela llorando de la risa sobre la escoba sin poder terminar de sacar las hojas otoñales de la vereda. Este se reía porque un rato antes vio a 4 chicos (dos chicos y dos chicas) que venían aparentemente de un boliche y no paraban de reírse, sobre todo cuando uno de anteojos se cayó en la vereda. Ellos se reían porque mucho antes se habían cruzado con una señora que no parecía llegar a tiempo a la parada ya que la risa le quitaba el aire de los pulmones. Esta señora se había demorado porque el quiosquero no le podía decir el precio de la gaseosa diet ya que estaba tentadísimo. Porque un rato antes una mujer llamada Isabel había entrado tentada de la calle para hablar desde una cabina a su hermana Ana Maria quien vivía en Santiago que le contaba que su bebito no podía dormir. No pudieron conversar mucho ya que solo se reían, lo que hizo que el bebe de solo un mes y días lanzara su primera risa. Isabel se venia riendo porque había visto una mujer en un teléfono publico hablando en inglés y tratando de aguantar la risa sin poder lograrlo. Ella hablaba con su amigo inglés Nick Park a quien, antes de comenzar a reírse le comentaba lo hermosa que estaba la luna llena. Como el comentario le hizo gracia a su amiga, él decidió que Wallace & Gromit deberían tener un picnic en la luna (unos años después la idea fue nominada al Oscar). Esta mujer se venia riendo porque antes en la plaza de la Intendencia vio a jugadores con remeras verdes practicando básquet para un campeonato que luego ganarían. El más alto de ellos tenía una risa muy chistosa, que hizo que su oponente se distrajera y fallara en su tiro haciendo que la pelota rebotara en un árbol y terminara en la Cañada. El jugador se reía porque antes vieron a una pareja vestidos de gala que venían de un casamiento en un hotel, bajando de un remis a carcajadas. Ellos se reían porque un rato antes en la boda, Patricia había hecho un chiste que a pesar de no ser gracioso, todos los parientes del novio y de la novia comenzaron a reírse. Esa noche Patricia decidió empezar a estudiar teatro. Aunque la gente de la fiesta en realidad se reía de un pequeño de 8 años llamado Gabriel que era perseguido por su hermano Fernando quienes entraron en pijamas y medias riéndose y resbalaron en el lustroso piso del salón de fiestas del hotel. Ellos se reían porque a las 2.25 mientras saltaban y cantaban en esas camas de hotel vieron por la ventana a una chica que se reía sola mas alegre que nunca. Y es que finalmente había resuelto que hacer para su tesis de la carrera de diseño de moda: un cuello polar (por supuesto que le puso un nombre raro y rebuscado, pero simpático). Ella se reía porque cuando salió a comprar un chocolate para mantenerse despierta había visto a Enriqueta con una mochilita con estrellas y un elefante de peluche en su mano que se reía a pesar del sueño. Ella salía del hospital con su madre quien se había fracturado una costilla en la clase de árabe, quien a pesar del dolor no pudo evitar contagiarse la risa del chico extraño que había visto antes en la sala de espera riéndose mientras escuchaba en su nuevo walkman el cassette de The Cure. Este aunque no escuchaba la risa, se contagió igual de una pequeña llamada Mónica y su padre quienes se reían con los ojos cerrados porque claro, estaban durmiendo ambos. Ellos se reían porque de la sala de parto salió un enfermero y se sentó ya que no podía mantenerse parado de tanto reírse. Y es que antes, a las exactamente 12:55 am, en la habitación todas las enfermeras y la mujer que recibió a la recién nacida Patricia Ivana Taborda, no pudieron evitar reírse de la primera beba que en lugar de llorar comenzó a reírse sin parar. El eco de los pasillos del hospital hizo que la risa se escuchara hasta en los últimos pisos y a la mañana siguiente 25 pacientes fueron dada de alta y los demás amanecieron 25% más sanos. Casi 25 años después Vicente aprobó la publicidad para una cerveza sobre carcajadas, y no porque estuviera buena, solo lo hizo porque le hizo acordar a esa mañana de lunes de 1983.

_______________________________________
Pabl3te (by me): Pablo es un tipazo. Tiene un corazón que no le cabe en el cuerpo, y una capacidad de análisis a prueba de fuego. Él no se va a acordar, pero una de las primeras cosas que me dijo fue "los cordobeses son tan... cordobeses". Pablo además es gracioso. Su manejo del humor y la ironía lo volverían un excelente guionista de sit-coms. Pero su debilidad es el drama. Y el romance. Pablo sueña con encontrar su media naranja y disfrutarla eternamente... gajo a gajo. Pablo además ama el protocolo. Protocolo inventando por él, pero protocolo al fin. Pablo tiene gustos simples: sólo se satiface con lo mejor. Pepsi, Sony, D&G. Pablo nunca habla directamente con vendedores, cajeros o guardias. Y se hace el que no, pero siempre sabe exactamente lo que está pasando. Pablo te acepta tal cual sos, aunque te tires al piso en un Patio Olmos repleto, te duermas con Coldplay o le manches todos los manteles con mayonesa y ketchup. Pablo es un tipazo. El hermano que la genética no me dio.

No hay comentarios: